El espectro de la exclusión le pena a la Concertación

Rubén Andino

El excluyente binominalismo que existe en Chile alcanza ribetes de tragicomedia. En los círculos de poder sólo son aceptados aquellos candidatos y/o discursos políticos funcionales a los intereses de la oligarquía política y económica que gobierna el país, sobre la base de la democracia incompleta, negociada para poner término a la dictadura hace casi 20 años.

La lucha contra la exclusión va mucho mas allá de tener uno o más diputados en un Congreso dominado por una elite conservadora, que desea que todo permanezca estático y cuyo único Norte es una paz social que garantice la estabilidad económica del sistema económico y financiero para seguir ganando dinero a destajo; en medio de la peor crisis económica de la historia humana, que hoy están pagando injustamente los pobres de los pueblos del mundo.

El sistema de protección social instalado por la Presidenta Michelle Bachelet ha ofrecido a los pobres un “colchón” para la crisis, y siendo tantos los pobres en Chile, las medidas han tenido un efecto beneficioso para los más débiles, en medio de la depresión económica. Pero, excluidos de los beneficios del sistema de protección social, muchos sectores medios afectados por la crisis, han quedado a la deriva.

Es esta “clase media” la que está afrontando con mayor rigor la crisis, estrangulada por intereses usuarios en las casas comerciales y el sistema financiero, y enfrentada a altos aranceles en las universidades y colegios; mientras sus exponentes sufren bruscas disminuciones de ingresos o son empujados a la cesantía.

Ante esta adversidad, estos sectores medios deben mantener las apariencias del sistema social en el que están insertos. La paradoja es que los ricos jamás pierden, los pobres están protegidos y los que pagan el pato por el reventón de la burbuja global son aquellos que en estos años han creído y asumido el discurso del emprendimiento.

La exclusión es un hecho en Chile y va más allá de estar fuera del Congreso Nacional.

La televisión chilena se ha cuadrado desde tiempo inmemorial con la exclusión, argumentando la tiranía del rating y sabemos que las encuestas políticas son instrumentos de propaganda de los comandos presidenciales más pudientes o grupos de poder que inventan realidades para crear a partir de ellas realidades que a su vez van moldeando las percepciones ciudadanas.

De la lectura de los diarios nacionales –exceptuada La Nación- se extrae que sólo existen tres candidatos presidenciales aceptados: Piñera, Frei y Marco Enríquez. Los dos primeros son los representantes excelsos del sistema de poder establecido; el tercero es producto del descontento social de estos sectores medios emergentes, que ven como sus sueños de progreso se evaporan como pompas de jabón. Es el sector que quiere cambios y que no se siente representado por la Alianza, la Concertación ni la Izquierda.

Nos dirán que Marco Enríquez se sale de esa norma de hierro. Que es un díscolo y que rompe el binominalismo existente. No, Marco es una pieza funcional en la estrategia de la derecha para dividir a la Concertación. Sin duda es un candidato atractivo para aquellos que aspiran a un cambio fácil, a un progresismo que no rompa con el sistema establecido en los temas de fondo. El “fenómeno MEO” ha sido gatillado por tres factores: el descontento con el sistema político y social establecido; la gran habilidad del candidato para usar los medios de comunicación a su favor y el interés de la derecha de erosionar la base de apoyo de la Concertación, dado que Eduardo Frei es un candidato débil.

Hasta cuando la dictadura mediática apoye a Marco Enríquez, depende de cual sea el efecto que su candidatura tenga sobre los adherentes a Piñera. Si su análisis les demuestra que perjudica los intereses de la derecha, será barrido sin contemplaciones de los medios de comunicación.

Una primera señal de que Marco Enríquez no es del agrado de todos los poderes institucionales o fácticos que gobiernan Chile hoy, es que no haya sido invitado por el Ejército de Chile al Seminario Internacional “América Latina en la perspectiva estratégica”, en el que sí serán panelistas: Sebastián Piñera y Eduardo Frei. Para el Ejército sólo existen dos candidatos aceptables. La institución armada, que en teoría representa a todos los chilenos y chilenas, adopta el mismo criterio discriminatorio y excluyente. Tampoco han sido invitados Arrate, Zaldivar y Navarro.

Ante el reclamo del candidato presidencial de la izquierda, Jorge Arrate, por no ser incluido como expositor al Seminario, la respuesta de la institución castrense fue todavía mas ofensiva y discriminatoria: “el criterio de invitación de los expositores, obedeció al conocimiento como especialistas que ellos tienen de las materias que se tratarán y, en ningún caso, a una consideración de tipo político". Para cualquier chileno medianamente informado, está claro que Arrate es un conocedor de los temas que serán tratados, tanto por su condición de economista como por el dominio que posee sobre los temas internacionales.

La reciente encuesta MORI, que da ganador a Piñera en la primera y segunda vuelta de la presidencial, demuestra que la única forma en que Frei gane la elección, pasa por construir un acuerdo amplio parlamentario contra la exclusión, que complemente el pacto electoral con Juntos Podemos; integrando a todos aquellos críticos al sistema binominal desde el centro hacia la izquierda: Colorines del PRI, Humanistas, Socialistas Allendistas, MAS, partidarios de Marco Enríquez y otros caudillos regionales o distritales.

Juan Carlos Latorre y Camilo Escalona, que son hoy los “padrinos” de la Concertación, deben comprender que están enfrentados a una nueva realidad política en el país, y que ya no pueden seguir manejando como patrones de fundo, los acuerdos políticos. Hoy se hace más necesario que antes Unir Fuerzas, para derrotar a la derecha y terminar con la institucionalidad heredada de la dictadura.

Si la Concertación es derrotada, lo será por la miopía de sus propios dirigentes.

Comentarios

manuel guerra ha dicho que…
rubén:
creo que el problema de tu sector (izquierda concertacionista + juntos podemos)es precisamente considerar que marco enríquez es un invento de la derecha. sólo ese hecho da cuenta que no creen en las generaciones nuevas y desestiman a un amplio espectro de gente que está efectivamente cansada del sistema político antiguo que se ha caracterizado sistemáticamente por anular las nuevas corrientes sociales, culturales y políticas.
arrate tiene presencia en los medios y si no prende es por el proyecto añejo que representa (en forma y fondo). él no puede encarnar, una vez más, la renovación de la izquierda.
creo que para salvar a la concertación es necesario que tomen más en serio a marco enríquez, puesto que es a él a quien habrá que apoyar en segunda contra piñera.
saludo afectuoso
manuel
Rubén Andino ha dicho que…
Estimado Manuel:

Marco tiene méritos propios para estar dónde está, posee gran habilidad para usar los medios, pero también es instrumentalizado por la derecha. La paradoja mayor radica en que Marco es también la "tabla de salvación" de la Concertación y algunos de los sacristantes de Frei hacen todo lo posible por hundir esa "tabla de salvación".

Concuerdo plenamente con que la izquierda hoy representada en lo que queda del Juntos Podemos tiene un discurso y práctica añeja.

Igual que tú y que salvador allende, pongo mi confianza en las nuevas generaciones.

un abrazo

Rubém

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