Evo ganó el referendo, pero sigue el conflicto en Bolivia
Rubén Andino
El presidente Evo Morales fue ratificado ampliamente en su cargo en un referendo revocatorio celebrado el domingo 19 de agosto en Bolivia, con una votación favorable del 68 por ciento de los sufragios (unos 2 millones de votos), aunque también fueron ratificados en sus puestos los principales prefectos (gobernadores) opositores. El resultado de los referendos garantiza la continuidad del conflicto boliviano, ya que ambos bandos tienen razones para sentirse victoriosos.
Evo, por el holgado respaldo popular obtenido y los prefectos autonomistas, que logaron mantenerse en sus cargos.
Para que el presidente fuera depuesto era necesaria una votación en contra superior a 53,7%, que fue su porcentaje en la elección presidencial de diciembre de 2005.
Los prefectos opositore de los Departamentoss de Santa Cruz, Rubén Costas (67,1 por ciento); Beni, Ernesto Suárez (64,2%); Tarija, Mario Cossío (58%), y Pando, Leopoldo Fernández (56,2%), también fueron ratificados. Los datos confirman la revocación del mandato del gobernador Manfred Reyes Villa, de Cochabamba (64% en contra) y de La Paz, José Luis Paredes, con 63% de votos contra su gestión.
El conflicto tienen como base el enfrentamiento entre el gobierno de izquierda de Evo Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS), que cuenta con el inmenso apoyo de las comunidades indígenas del altiplano, quienes tienen por primera vez en la historia del país un Mandatario que la representa; y la derecha oligárquica, que han gobernado desde la independencia el Estado boliviano, excluyendo a la mayoría indígena.
Bolivia es un país poco integrado y desigual desde el punto de vista geográfico, político y social. Esta situación facilita la tarea de la oposición de derecha, que ha implementado una estrategia de desestabilización del gobierno de La Paz, basada en la reivindicación autonómica de las regiones de la llamada medialuna, ricas en recursos naturales, poco pobladas, con mayores inversiones y un crecimiento acelerado.
Evo es fuerte en las regiones pobres del altiplano, en las que se concentra la mayor parte de la población aimara y quechua y convocó a este referendo para destrabar una grave crisis política que lo enfrenta con autoridades regionales.
El Mandatario no pudo hacer campaña en cuatro regiones ya que grupos opositores bloquearon los aeropuertos donde debía arribar y acusó a la embajada de Estados Unidos de estar tras uno de los desórdenes. "El miércoles en la noche tenía que estar en Trinidad (Beni) y esa movilización que se dio fue pagada por la embajada de los Estados Unidos.Tenían bien preparado, incluso para cobrar vidas", dijo.
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Sin embargo, es claro que el referendum no resuelve la crisis, que presenta el riesgo de generar una escisión de carácter étnico-racial, al agudizarse las posturas de ambos sectores.