Cortés se quedó corto


Rubén Andino

Antonio Cortés Terzi efectúan un diagnóstico catastrófico del estado actual de la Concertación, que lo lleva a anunciar sin muchas vueltas o adornos lingüísticos que la única opción presidencial que tiene la coalición de gobierno es la senadora Soledad Alvear.

De una plumada borra como candidatos a Arrate, Insulza, Lagos, Navarro y todos los restantes aspirantes de la Concertación o del mundo progresista. Cree que no hay tiempo para hacer correcciones o rectificar caminos y nos dice que para impedir que la DC se vaya con la derecha hay que darle en el gusto y aceptar a su candidata.

Compartimos el diagnóstico de Cortés Terzi en lo que se refiere al estado actual de la Concertación, aunque diferimos de algunas de sus conclusiones. Para nadie es un misterio que la alianza política que ha producido ya cuatro gobiernos sucesivos está sufriendo una progresiva erosión; caracterizada por el deterioro de su propuesta programática, incapacidad para renovar sus cuadros dirigentes, autocomplacencia, pérdida de iniciativa y corrupción.

Estos vicios han llevado a la cúpula dirigente concertacionista a alejarse cada vez más de los sentimientos aspiraciones e intereses del pueblo, que –con una fidelidad inquebrantable- ha a apoyado en las urnas a la coalición en estos años. El problema nuevo es que aunque toda la Concertación esté unida detrás de la candidatura de Alvear, su victoria es incierta

No es la primera vez que Cortés Terzi previene ante una derrota. Hace algunos años, en pleno gobierno de Ricardo Lagos, habló de la "ceremonia del adiós", usando una frase que Simone de Beauvoir dedicara a Jean-Paul Sartre, refiriéndose a la etapa terminal de su compañero de toda la vida.

Tampoco es nueva su invitación a apoyar a Soledad Alvear. Dijo lo mismo cuando Alvear y Bachelet se enfrentaron como precandidatas en 2005. La diferencia actual radica en que ahora no existe, como bien dice Cortés, una "candidatura providencial" como fue la de doña Michelle.

No estamos obligados a apoyar a la senadora Alvear. En primer lugar, porque el problema de la Concertación no es sólo un problema de retener partidos; sino la carencia de un proyecto político renovador que interprete a los electores. Las propias encuestas de opinión pública demuestran que un malestar se ha venido instalando entre los chilenos y chilenas; y este factor afecta por igual a la Concertación y a la Alianza. En suma, es una molestia generalizada con la forma como se hace política hoy en Chile.

Podemos decir que una "Nausea" o malestar en el sentido sartreano, impregna el estado de ánimo de los chilenos hacia el comportamiento de “los políticos”; de manera todavía imprecisa y e inorgánica, y ese estado lleva implícito un deseo de cambio que Jorge Arrate ha sintetizado en la frase "no queremos seguir bailando Twist en la misma baldosa".

Aunque la Democracia Cristiana ha moderado su resistencia, abriéndose a un pacto por omisión con el PC en las elecciones municipales de octubre; las respuestas de la Concertación a esta demanda ciudadana son insuficientes. Hace falta mucho más para salir airoso en una eventual candidatura presidencial que triunfe en diciembre de 2009.

La solución no pasa solo por aliarse con la izquierda extraparlamentaria en una o más elecciones; sino por unir fuerzas en torno a un nuevo proyecto político que de origen a un pacto de avanzada social, que sume a las fuerzas ya existentes una parte significativa del 50 % por ciento de aquellos chilenos y chilenas que, pudiendo votar, se abstienen, anulan el voto o carecen de incentivo para inscribirse en el registro electoral. Pasa por incorporar además activamente en lucha por la igualdad social a cientos de miles de personas que forman parte de organizaciones ciudadanas que, sin tener militancia política, se interesan activamente por la vida pública.

Tiene razón Cortés cuando afirma que la Concertación se ha burocratizado, pero la salida que él encuentra para esta crisis está encapsulada en la misma lógica burocrática que, con razón, critica. No basta con retener a la DC, para ganarle a la derecha. La Concertación, la izquierda extraparlamentaria y las fuerzas sociales organizadas deben confluir en un gran pacto social y político que dé al candidato o candidata que elijamos todos, mediante primarias abiertas, la gran legitimidad que se requiere para derrotar la derecha.

A dos años de la elección presidencial, todavía estamos a tiempo para trazar ese camino.

Comentarios

Jorge A. Gómez Arismendi ha dicho que…
Claramente el cálculo electoral que realiza Cortez Terzi es inmediatista, y no de largo plazo.

La propuesta de apoyar a Alvear sólo pretende la mantención de la Concertación en el poder, pero no implica una reestructuración de las bases dirigentes, ni del marco institucional y político en que la coalición ha operado por 18 años.

Probablemente, la medida podría ser efectiva en cuanto elecciones -tampoco es seguro que así sea- pero es también probable que el agotamiento que lleva la coalición se aplique a Alvear como presidenta.
Es decir, el agotamiento de la Concertación no se resuelve cambiando rostros, sino que cambiando el proyecto político y de país que tiene.
Saludos e inviteme a alguna reunión.
Anónimo ha dicho que…
Arrate los va a ganar a todos.

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